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LAS PINTORAS

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Las doce pintoras que participan en esta exposición, se integran en Luz de Mujer, una asociación que desarrolla un proyecto de igual nombre, diseñado y dirigido por las pintoras Ana Feu y Carmen Sánchez Ruda, por el que se pretende promover y reivindicar la pintura de la mujer, a través de exposiciones colectivas y de obras en colaboración.  

En Luces de Portugal en Sevilla se ha mantenido el formato de dos proyectos de gran repercursión desarrollados por este grupo: “Luz de Mujer. Sorolla, cien años después” (Ayamonte, 2019; y Portimão, 2019), y "Miradas de Bécquer” (Sala Antiquarium y Fundación Bellver, Sevilla, 2020), en los que, de estas pintoras, trabajaron siete y once respectivamente; una exposición colectiva generada a partir de una obra realizada por sectores, cada uno de ellos asignado al azahar a una de ellas, que lo reinterpreta recurriendo a sus técnicas y tendencias pictóricas habituales.

Temáticas

Las pintoras participantes en la exposición tienen distinta personalidad creativa. Aunque todas ellas trabajan la temática figurativa, en sus obras (unas al óleo, otras en acrílico, grafito o bien en técnica mixta), ofrecen orientaciones y preferencias temáticas diversas, que van desde la naturaleza, los jardines, las flores, los paisajes rurales, urbanos y marinos, la figura humana, los objetos cotidianos…

 

Inspiraciones y tendencias

 

La trayectoria de algunas de estas pintoras se ha visto marcada por el Impresionismo, bien evolucionando hacia el estilo, como es el caso de Ana Feu, o bien desde una inspiración directa, como Rosa Gómez, y Carmen Arroyo, esta última en Sorolla, Childe Hassan, Sargent, Zorn, Hopper y Shils. Otras, como Sánchez Ruda, han derivado hacia la abstracción y la pintura conceptual a través de un proceso de investigación y pixelado de la composición. Elisabete Guerreiro, que utiliza colores fuertes, está influenciada por la Bauhaus y el Pop Art, la geometrización de la forma minimalista y el mensaje intervencionista del arte urbano.

En otras, la pintura es de pincelada más definida y con una estética realista, en el caso de Rocío Romero centrada en el objeto cotidiano y en el de Nieves Toribio, en figuras humanas, bien expresivas, dentro de un marco también realista pero al tiempo onírico. Adelaida Pérez tiene la habilidad de hacer derivar el realismo de su pintura hacia una bella ilustración.

En otras, en sus particulares estilos se encuentran a medio camino; como Carla Mourao, que plasma la realidad con una paleta fluida y superponiendo planos y objetos en composiciones deconstruidas, abigarradas y casi oníricas, a las que la gama cromática otorga unidad.

Luz y color

En general, para todas ellas el color y la luz resultan elementos fundamentales; Ana Feu opta por los intensos contrastes lumínicos y cromáticos; a través de la técnica del pixelado y el proceso de investigación al que se somete la obra, Carmen Sánchez Ruda obtiene graduaciones cromáticas que incrementan el realismo de los objetos de sus obras deformados por el tratamiento técnico al que los somete; Carmen Humada, a brillantes manchas de color en acrílico matizadas al óleo; Nieves Toribio recurre al color para disponer y contrastar la figura humana,  que es lo esencial en su pintura, generando marcos oníricos no por ello irreales. Para Elisabete Guerreiro, recurre a colores fuertes en su obra, en la que una línea de color blanquecina expresa la luz que irradian los objetos prioritarios de la composición y los hacen destacar sobre un fondo monocromo en resplandor. Carla Mourão unifica cromáticamente composiciones deconstruidas. Manuela Leal dos Santos utiliza colores alegres y vibrantes para generar reflejos que hacen especialmente poéticas y evocadoras sus composiciones.

 

La paleta de cada una es bien diferente, convirtiéndose en algo propio y representativo en algunos casos, como en los de Ana Feu, en cuyas pinturas predominan los buganvillas, lilas, verdes y blancos; en las de Rosa Gómez, en las que abundan los rosas, celestes y amarillos en la de Rosa Gómez; en las de Nuria Fuentes, protagonizadas por trazos en colores flúor; en las de Claudia Mourão, en las que cuales una gama monocroma unifica la composición.

 

Es por todo ello que la belleza de este grupo consiste en la diversidad de formas de entender la pintura y la obra creativa y en la capacidad de articular el libre albedrío que las caracteriza con las exigencias de la coordinación y el ajuste final de la obra conjunta. Como debe ser una mujer: libre, pero consciente y comprometida socialmente con el mundo que la rodea.

Amparo Graciani

Comisaria

Nuestro sentir

 

Las pintoras que participamos en la exposición “Luces de Portugal en Sevilla” somos artistas emprendedoras con inquietudes colectivas que participamos en encuentros de pintura, coloquios de arte y visitas a exposiciones.
 

El arte es el motor de la asociación “Luz de Mujer” en la que nos integramos; nuestro objetivo dar visibilidad el arte de la mujer y promovemos proyectos nuevos y actuales, en los que el trabajo en equipo, en un clima de compañerismo y amistad es fundamental.
 

Portugal nos atrae, su importante papel en la Exposición Iberoamericana y este proyecto, que es resultado de un año de trabajo y que debido a la pandemia se ha visto retrasado, nos enamora; no podía ser de otro modo.
 

El marco incomparable del Consulado General de Portugal en Sevilla, la amabilidad de los portugueses, la luz de Portugal, el tema escogido y nuestro modo de trabajar nos hace únicas y originales.

Carmen Sánchez Ruda

Comisaria

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