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La revista semanal Blanco y Negro, fundada en 1891 por Torcuato Luca de Tena, alcanza durante su primera etapa (1891-1939) una gran relevancia en el entorno de la prensa española y en la sociedad, haciendo un periodismo de «estilo de vida». Se trata de la publicación pionera en incluir ilustraciones de artistas de renombre, usar el color y el papel couché, e incorporar contenido más lúdico y familiar frente al generalizado periodismo político y sindical de la época.

 

A través de las distintas secciones que fue incorporando en su primera época se muestra la atención que presta a su público objetivo, principalmente mujeres y niños: «pasatiempos y amenidades», «gente menuda», «Letras, artes, ciencias», «Actualidades», «Espectáculos», «Deportes», «Gran Mundo» y «La mujer y la casa», entre otras.

 

Las fotografías que se incorporan a sus páginas se ven favorecidas por la calidad en su impresión, gracias a las rotativas que su fundador trajo de Alemania, así como la del papel empleado. Estos son dos factores fundamentales que determinan las imágenes de la Exposición Iberoamericana de Sevilla que se publicaron, las cuales no han perdido ninguna de sus cualidades a día de hoy en los originales en papel.

 

Se ha realizado un vaciado completo de Blanco y Negro en las fechas que coinciden con la celebración de la Exposición, del 9 de mayo de 1929 al 21 de junio de 1930, con un margen de una semana previa y posterior de la misma con el fin de recoger, en el análisis que se realiza, los especiales gráficos que se publicaron a propósito de su inicio y final.

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El trabajo sobre la cobertura gráfica pretende poner de relieve qué tipo de imágenes relacionadas con la Exposición se publicaron y difundieron por España a través de Blanco y Negro, de manera que se ofrece una clasificación que comprende actos oficiales, espectáculos, visitantes, arquitectura y pabellones, Aníbal González, entre otros. Salvo las coberturas especiales, la mayor parte de las fotografías se editaron dentro de la sección «Actualidades. Fotografías. Crónicas. Interviús», acompañadas de pequeños textos o pies de foto que contextualizan las imágenes y al mismo tiempo permiten dotar de protagonismo visual a la componente gráfica en la que se asienta la perspectiva informativa adoptada sobre la Exposición. Igualmente, también se atenderán aspectos de análisis estrictamente visual de las fotografías: tamaño, encuadre, plano, forma del marco, maquetación en la página, etc.

 

De esta manera, la comunicación propuesta propone un recorrido visual de la Exposición Iberoamericana de Sevilla a través de la impronta gráfica que de la misma ofreció una de las publicaciones periódicas más relevantes de la época en España: la revista semanal ilustrada Blanco y Negro. Las imágenes que ilustran la ponencia pertenecen a la colección privada de ejemplares de Blanco y Negro de la autora.

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