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Luis Rodríguez Caso, 

el promotor de la idea

Luis Rodríguez Caso (1867-1927) fue un ingeniero, empresario y militar sevillano, apasionado, inquieto, idealista y resolutivo, que estuvo muy comprometido con el desarrollo económico de la ciudad, y cuya implicación resultó fundamental en la concepción y en los primeros momentos de gestación de la Exposición iberoamericana.

 

Como militar, formado en la Academia de Artillería de Segovia, realizó importantes misiones industriales para el Ejército, lo que le valdría la concesión de varias distinciones, llegando a obtener el empleo de general de Brigada al final de su carrera.

 

Movido por sus inquietudes y fuerte personalidad, viajó por distintos países; en su visita a la Exposición de Bruselas de 1897 comprobaría los avances urbanísticos y comerciales que se dan en las ciudades-sedes, tomando contactos a la vez con la industrialización y desarrollo económico que se estaban llevando a cabo en el extranjero.

 

En 1900, junto a un grupo de socios, fundó la fábrica de vidrios La Trinidad, de la que llegó a ser Director-Gerente.

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Al ingeniero y Comandante de Artillería sevillano Luis Rodríguez Caso, se debe la idea de realizar en Sevilla un certamen, que con el tiempo sería la Exposición Iberoamericana.

 

Fue el 25 de junio de 1909, cuando Rodríguez Caso propuso celebrar en Sevilla una Exposición Ultramarina, que luego sería la Iberoamericana. El militar y empresario enunció su propuesta en el homenaje a su persona que se le rindió en la antigua Capitanía General por el éxito de la fiesta patriótica España en Sevilla, que él organizó y de la que fue su principal promotor.

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Fotografía de Luis Rodríguez Caso con sus hijos José y Vicente de niños (archivo familiar).

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El comandante Luis Rodríguez Caso acompañado de dos de sus hijos, José (izq.) y Vicente (dcha.), también militares del cuerpo de Artillería (fot. pub. por N. Salas en "Recuerdo de Luis Rodríguez Caso, un sevillano ejemplar", en El Correo de Andalucía, 2 de abril de 2017), prop. de 

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En realidad no había sido la primera iniciativa expositiva de Rodríguez Caso, quien en ya había participado en la exitosa Exposición de Productos Sevillanos e Industrias Agrícolas, Vinícolas y Mineras celebrada en Sevilla en 1905, en la que la fábrica de vidrios La Trinidad, de la que era gerente, había obtenido el premio convocado por la Prensa sevillana, lo que le había proyectado como promotor local.

Grupo de pasiegos participantes en la Fiesta "España en Sevilla" (1908)(fot. prop. de José Javier Gómez Arroyo, pub. en El Diario Montañés 5 de noviembre de 2020).

En el homenaje que se le brindó en Capitanía, “como testimonio de gratitud del pueblo de Sevilla”, Rodríguez Caso recibió un sable de honor sufragado por subscripción popular y realizado por Manuel Delgado Brackenbury.

 

En el acto, además de expresar su gratitud, Rodríguez Caso propuso celebrar una Exposición Ultramarina para 1911, aduciendo razones históricas y de sentimientos, que unirían lazos con las naciones hermanas en línea con un difuso regeneracionismo que hundía sus raíces en el Desastre de 1898. En realidad, Rodríguez Caso, se adueñaba de un proyecto de Exposición Hispano-Americana registrada en 1897 por  la Unión Ibero-Americana, que por motivos económicos no se había podido realizar, en cuya exhibición se exaltaran los valores hispano americanos y potenciara las relaciones fraternales entre los países, más allá de una exposición industrial, ensalzando la hermandad universal de los pueblos.

 

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Detalle de la empuñadura del sable de Honor, hecho por Manuel Delgado Brackencury que le fue entregado a Luis Rodríguez Caso, el 26 de junio de 1909. Portada y primera hoja del libro que, en e Ayuntamiento, le que le fue entregada el 25 de junio de 1909 (fot. familia de Luis Rodríguez Caso (fot. de la familia de Rodríguez Caso).(fot. de la familia, gentileza de Julio Rodríguez Caso).

 

Además de una figura fundamental en la concepción del certamen, lo fue en los primeros momentos de la gestación de la Exposición iberoamericana. Formó parte de las primeras comisiones de la muestra: la Comisión Iniciadora, que planteó el proyecto preliminar de la exposición, y la posterior Comisión Gestora. Al crearse el Comité Ejecutivo, presentó su dimisión considerando los intereses partidistas de los líderes políticos.

Aquella fiesta, que se había celebrado del 22 de abril al 4 de mayo de 1908, conmemoraba el centenario de la Guerra de la Independencia, para aumentar el orgullo nacional y el sentimiento patrio con la unión de todas las provincias españolas. La Fiesta obtuvo un rotundo éxito, anticipando los siguientes pasos, pues tanto él como los componentes de su tertulia, a la que pertenecían miembros de la sociedad sevillana, creían que la celebración de un certamen de mayor envergadura sería la solución para superar la crisis económica y el marasmo en que se encontraba la ciudad, e intentar defenderse de “la mala fama de Sevilla” tenía en el resto de España. En realidad no había sido la primera iniciativa expositiva de Rodríguez Caso, quien en ya había participado en la exitosa Exposición de Productos Sevillanos e Industrias Agrícolas, Vinícolas y Mineras celebrada en Sevilla en 1905, en la que la fábrica de vidrios La Trinidad, de la que era gerente, había obtenido el premio convocado por la Prensa sevillana, lo que le había proyectado como promotor local.

 

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Cena de altos cargos militares y representantes de la ciudad. Entre ellos, el infante don Carlos, Luis Rodríguez Caso, Manuel Delgado Brackenbury y el alcalde Manuel Halcón Vinent (fot. de la familia, gentileza de Julio Rodríguez Caso).

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En la Plaza de América, Luis Rodríguez Caso y alcaldes de ciudades hispanoamericanas en su visita a la ciudad (fot. de la familia de Rodríguez Caso).(fot. de la familia, gentileza de Julio Rodríguez Caso).

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En 1913 promovió trasladar la Exposición a Los Remedios, en Los Gordales, conformando el Parque de la Raza.

 

Reorganizado el referido Comité en 1914 fue nombrado Comisario General; ocuparía el puesto hasta que en 1921 fue nombrado Vocal representante del Ejército, encargado de la Comisión de Regiones, hasta su fallecimiento el 3 de julio de 1927.

Dibujo de Rodríguez Caso para el Parque de la Raza (fot. por gentileza de Julio Rodríguez Caso).

Aunque no consiguió ver inaugurada su anhelada Exposición, poco después de su fallecimiento, le fueron reconocidos sus méritos. Fue una de las personalidades recogidas en la serie de postales "hispano americanas" "Sevilla invita a su Exposición a todos los pueblos de América", en la que aparecen los principales artífices de la Exposición.

En los preámbulos de la muestra se rotuló con su nombre una de las avenidas principales del Parque de María Luisa, la lleva a la Plaza de España y durante el desarrollo del certamen.

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Detalle de la postal dedicada a Luis Rodríguez Caso de la serie Postal Hispanoamericana. Sevilla invita a su Exposición a todos los pueblos de América, en la que aparecen los principales artífices de la Exposición.

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Monumento a Rodríguez Caso, en el Parque de María Luisa.

Su persona su figura, como la de otros gestores de la Exposición desde la génesis del proyecto que ya habían fallecido, fue recordada cada domingo en una misa de sufragio que, en honor de ellos se celebraba a las doce de la mañana en el Pabellón de Castilla la Vieja y León, cuya capilla se convirtió en el lugar de referencia religiosa dentro del Sector.

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La infanta Isabel acompañada por asistentes a la misa de sufragio por los iniciadores de la Exposición en la puerta del Pabellón de Castilla La Vieja y León (fot. de Sánchez del Pando, pub. en Revista Hormiga de Oro. 1929, p. 824, Archivo de la Familia Sánchez Apellániz).

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