top of page

Luis deMoliní, el Director

de laJunta de Obras 

del Puerto de Sevilla 

Luis de Moliní (1848-1924) fue el ingeniero de caminos, canales y puertos de mayor relevancia en el contexto de la Exposición Iberoamericana.

 

Aunque su vínculos con Sevilla arrancan de la década de los ochenta del siglo XIX, cuando como Jefe de Obras Públicas se ocupó del mantenimiento del puente de Isabel II, vulgo de Triana, y de la supervisión de la construcción del de “tablas” o pasadera de Agua, su labor en la ciudad se desarrolló a partir de 1895, fecha en que, tras haber dirigido los puertos de Huelva y Almería,se le nombró Director de la Junta de Obras del Puerto de Sevilla.

 

Consciente de que los puertos hispalenses requerían de una urgente transformación para adaptarse a su alto movimiento de mercancías, en 1903 redactó un proyecto que recopilaba ordenadamente todos los datos del régimen hidrológico del tramo bajo del río y que fijaba las orientaciones que debían seguirse para el completo desenvolvimiento del puerto.

 

El ingeniero no tuvo la satisfacción de ver terminado el proyecto por el que tanto luchó, ya que las obras, que duraron 23 años (1903-1926), se concluyeron dos años después de su fallecimiento en 1924 a la edad de setenta y dos años; sin embargo, su esfuerzo y empeño fueron la base inequívoca sobre la que se construyó el futuro del puerto de Sevilla.

 

Miguel Ángel Moliní (Sevitrade).jpg

Retrato de Luis de Moliní. Sala de Juntas de la Autoridad Portuaria de Sevilla.

Luis María de Moliní y Ulibarri, ingeniero director de la Junta de Obras de la Ría del Guadalquivir y Puerto de Sevilla entre 1895 y 1915, ocupó el cargo en los primeros seis años de los preparativos de la exposición, cuando esta aún era de carácter iberoamericano.

El idea de celebrar la exposición vino a impulsar la ejecución de l Proyecto de las obras de mejora del puerto de Sevilla, de la ría del Guadalquivir y de su desembocadura, que Moliní había redactado en 1903, es decir, seis años antes de que Luis Rodríguez Caso propusiera celebrar la Exposición.

 

En este documento, conocido como Plan Moliní, el ingeniero proponía dragar la barra de Sanlúcar para crear en ella un canal de navegación, excavar una nueva corta del río entre la dehesa de Tablada y el río Guadaíra en la cual irían unos muelles de hormigón armado, e instalar un puente levadizo en la bocana norte del canal.

 

La construcción de estas infraestructuras se vio impulsada al calor del proyecto de la Exposición Hispanoamericana, ya que la ciudad precisaba mostrar al mundo un puerto que no desmereciera y que, al tiempo, permitiera relanzar la economía local.

De ahí que la ejecución del plan se fuera demorando en paralelo al propio certamen; al finalizar la Primera Guerra Mundial, los trabajos -como las gestiones para la celebración de la Exposición- cobraron intensidad. En esta fase de reactivación, Moliní (jubilado del servicio activo en 1915) actuó como nexo entre las instituciones portuarias y el Comité de la Exposición.

 

LUIS MOLINI FOTOGR COMPLETA.jpg

Luis de Moliní, con el uniforme de gala del cuerpo de Ingenieros.

1919.jpg

Luis de Moliní comentando a Alfonso XIII una maqueta de la ampliación del Puerto de Sevilla.

inistro de Hacienda, señor Coblán, que c

Luis de Moliní durante una visita a las obras del Puerto de Sevilla.

De este plan, la gran obra personal del ingeniero, y también la más importante y relacionada con la Exposición Iberoamericana, fue sin duda el canal de Alfonso XIII o corta de Tablada, corta del meandro de Los Gordales que, arrancando de la punta de Los Remedios, terminaba en la punta del Verde. La tierra extraída (7.298.361 metros cúbicos) se depositó en terrenos de la margen izquierda del rio, que, gracias a la consiguiente elevación de su nivel y por quedar salvados de las inundaciones, pudieron ser incorporados al recinto de la exposición, dentro del conocido como Sector Sur.

008. PACHECO_Fig. 3..jpg

Plano de ubicación de la futura Corta de Tablada según Luis Moliní, 1906 (APS, fondo fotográfico)

La ejecución del Plan Moliní conllevó la construcción de un muelle que, con el apoyo del gobierno de Primo de Rivera, contó con las modernas comodidades de la época, resultando acorde con la importancia internacional que se le quería dar. Un muelle que hoy en día sigue prestando servicio a la Autoridad Portuaria, y en el que cada año se mueven más de 500.000 toneladas de mercancías.

El muelle de Tablada tenía 800 metros de largo y 88 metros de ancho; contaba con atracaderos de hormigón armado, una amplia zona de servicios y, tras el cantil, tinglados, vías de ferrocarril, calles, pabellones de carabineros, de sanidad y almacenes comerciales. Para las operaciones portuarias se contrató la inmediata adquisición de ocho grúas, aunque en el muelle llegarían a operar simultáneamente hasta una treintena.

009. PACHECO_Fig. 4..jpg

Operaciones de ensanche en la Corta de Tablada, 1925 (APS, fondo fotográfico).

Para restituir los caminos con la dehesa de Tablada rotos por la excavación de la corta, y con vistas a comunicar el puerto y la ciudad con los futuros usos industriales e inmobiliarios de la zona, Moliní proyectó el puente levadizo de Alfonso XIII, popularmente conocido como “de hierro”. Aunque se sacó a concurso el 16 de septiembre de 1914, por el paréntesis de la Gran Guerra, no fue aprobado hasta el 7 de julio de 1919, encargándose su ejecución a La Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona. El puente tenía 169,42 metros de longitud y 11 de anchura y su parte abatible, oblicua al eje del canal, dejaba un paso de 35 metros libres para la navegación.

La inauguración oficial del puente, los muelles y la corta, fue el 6 de abril de 1926 con el paso del crucero militar argentino “ARA Buenos Aires” bajo sus hojas abiertas. Estuvo en servicio hasta 1992; en 1998 fue desmontado y en 2003 trasladado por piezas, hasta unos terrenos del puerto, donde aguarda un incierto futuro.

 

Marcos Pacheco Morales-Padrón

013. PACHECO_Fig. 8..jpg

Construcción del Puente de Alfonso XIII en seco, 1926 (APS, fondo fotográfico).

bottom of page