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José García Rufino  (San Fernando, 1875-Sevilla, 1943), conocido como Cecilio de Triana, fue uno de los autores de mayor éxito en los escenarios de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929

 

Aunque su nómina dista mucho de las superproducciones que llegaban de Madrid, Barcelona o el extranjero a los teatros de la ciudad, fue uno de los autores locales con mayor repercusión del momento, especialmente en lo que tiene que ver con su teatro como crónica del momento, de lo inmediato,  aspecto que se vincula directamente con el pulso que tomaba de la realidad en su trabajo diario como periodista en el diario  El Noticiero sevillano durante el primer tercio del siglo XX.

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Entre sus obras teatrales destacan «La viuda inconsolable»; «El pozo de los apuros»; «Sevilla-Balompié»; "Sevilla 1929», «Sangre andaluza. Boceto dramático en cuatro cuadros, precedidos de un prólogo original en prosa y verso» y «La sangre española».

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Su trabajo dramático es muy interesante para ver cómo se contaba la realidad de la capital hispalense desde los escenarios. Una visión mucho más cruda y satírica que la imagen idílica y casi romántica que ofrecieron los Hermanos Álvarez Quintero en su obra «Los duendes de Sevilla», encargo expreso de la dirección del certamen para dar a conocer las bondades y atractivos de la ciudad hacia los visitantes extranjeros. En sus propuestas, que se mueven en muchas ocasiones en el terreno del teatro musical en forma de zarzuelas o de comedias líricas, podemos entrever críticas al poder, a la población sevillana, a la estructura social, a las mujeres, a los comportamientos oportunistas, etc. Y todo ello con un planteamiento sencillo y muy actual que sigue llegando al público cuando se repone, algo que sucede en muy pocas ocasiones.

 

La historia de la literatura dramática andaluza lo ha relegado a un plano muy secundario, siendo en muchas ocasiones testimonial su presencia en los diccionarios de autores teatrales (mientras que en otros ni aparece).

 

En la comunicación se analizarán algunos de sus trabajos teatrales en torno a la ciudad desde que comienza a realizarse la magna obra de la muestra, conectándolas con las opiniones satíricas que iba vertiendo el periodista en los medios de comunicación locales en los que trabajaba. También se hará referencia a las posiciones que tomaba la crítica frente a ellas y la manera en que se reflejaba el comportamiento del público frente a ellas.

 

En el trabajo se prestará especial atención a la obra «¡Por algo será!» que se estrenó en el teatro de la Exposición el viernes 7 de marzo de 1930, teniendo una excelente acogida de público y crítica, valores suficientes para que permaneciera en cartel durante treinta y tres días, durante los cuales se representó en cuarenta y tres ocasiones, siendo una de las más vistas durante la celebración de la cita iberoamericana.

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